Buenas Aventuras

En general, la religión es aburrida. Sin embargo, no hay nada más interesante en toda la creación que Dios mismo. No hay aventura mejor que las que podemos tener con Jesucristo. Siempre resultan buenas, y las historias no tienen nada de aburridas. Ser "bienaventurado", equivale a ser bendecido. Hace más de 40 años empecé a tener aventuras con Cristo. Aquí comparto contigo algunas de mis historias.

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Lugar: Indiana, United States

29.12.11

De velas y tamales y peces en el río

El día 24 asistí a un culto de celebración del nacimiento de Jesucristo, como la misa de gallo, pero a las 4:30 de la tarde.  Fue muy lindo.  Habían decorado la iglesia con velas y ramas verdes.  Había un
Belén y hasta un arbolito con muchas luces.

Pero me puse más y más incómoda mientras progresaba el culto.  Se cantaron muchas canciones que yo no conocía.  No hicieron mucho de lo que normalmente yo asocio con la Noche Buena.  Pero al final cantaron un villancico bien conocido y me sentía mejor.

Luego me puse a considerar ¿por qué me había importado tanto seguir las tradiciones que yo conocía en ese día? 

Me gustan las tradiciones de Navidad.  Cada año pongo los mismos ornamentos en el árbol, preparo la misma comida, y seguimos un patrón de actividades que aprendí de mis padres (pero modificado un poco para ajustarlo al patrón que heredó mi marido de los suyos).  No soy la única.  En cada país tienen su propia manera de celebrar. Los regalos se dan o en Noche Buena, o en el día 25, o el 5 ó el 6 de enero.   En España hay un desfile el 5 ó 6 de enero en que gente vestida de reyes magos te tira golosinas desde un vagón.  En Costa Rica comen tamales.  Entiendo que en Nueva Zelandia es común una cena campestre en la playa.

Pero sea cuál sea, la tradición a veces parece el elemento más importante, aun cuando la tradición no tiene mucho que ver con el nacimiento del Salvador.  ¿De dónde hemos incorporado hombres de nieve, los colores rojo y verde, árboles con luces, Santa Claus, turrón, compras frenéticas de juguetes el día antes de los regalos,  o los regalos mismos?  Y ¿qué tienen que ver los peces en el río que beben, y beben, y vuelven a beber?

Además me parece que el día en que nació Jesucristo fue precisamente el día menos tradicional que había ocurrido nunca hasta esa fecha.  ¡Una virgen da a luz a un bebé!  ¡Ángeles aparecen a pastores sorprendidos!  ¡Un rey nace en un establo!  Gente rica tampoco suele caminar cientos de kilómetros para saludar a un niño pobre. 

En efecto gran cantidad de personas hicieron cosas que nunca habían hecho antes ni volverían a hacer.  En vez de ser un evento de mucha tradición, el nacimiento de Jesucristo involucró a personas en actividades poco usuales, fuera de su “zona de comodidad”.  Para comenzar el proceso de la redención de la humanidad, Dios puso a la gente a salir de sí misma y experimentar cosas nuevas.

Así que pienso que tal vez lo más apropiado para celebrar la Navidad no sería la tradición.  Tal vez lo que mejor captaría el espíritu de estas fechas sería dedicarme a ayudar a otros de una manera no tradicional.  Salir de mi zona de comodidad para hacer algo que “alguien” debe hacer pero que nadie quiere hacer.  Extender una mano donde se necesita.

Lo voy pensando.