Estoy en obras
Estamos en obras. En realidad la casa no estaba tan mal y en mi opinión un poco de pintura habría resuelto los problemas. Pero los que saben de estas cosas decían que no, y ahora están rompiendo paredes para hacerlas nuevas.
“Que tenga albañiles” parece ser una maldición. Ya entiendo por qué. Para empezar hay el pum, pum, pum, pum y el sonido de la máquina de romper el hormigón. Lo bonito de eso es que se siente tan rico cuando te dejan en paz por unos minutos. Luego está el polvo. Tengo polvo en el pelo, polvo en el ordenador, polvo en la comida. Los albañiles son buena gente, pero siempre tienen que pasar por la casa para recoger cosas. Y pienso que ¡estoy pagando dinero por el privilegio de tener esta experiencia!
También parece que estoy en obras como persona. En mi propia opinión no estaba tan mal. Como todo el mundo tengo mis faltas, pero he aprendido a disimular muchas de ellas. Sin embargo los que me conocen bien no se engañan y Dios no se engaña. No vale fingir ser más buena gente de lo que realmente soy. El maquillaje no me sirve.
Así que tengo que dejar que el Espíritu Santo se meta allí para cambiar mis actitudes, pum, pum, pum. Tengo que reparar y limpiar los líos y fracasos. Tengo que escuchar a gente que me gustaría mejor no escuchar.
Por favor, disculpa las molestias. Estoy en obras.
“Que tenga albañiles” parece ser una maldición. Ya entiendo por qué. Para empezar hay el pum, pum, pum, pum y el sonido de la máquina de romper el hormigón. Lo bonito de eso es que se siente tan rico cuando te dejan en paz por unos minutos. Luego está el polvo. Tengo polvo en el pelo, polvo en el ordenador, polvo en la comida. Los albañiles son buena gente, pero siempre tienen que pasar por la casa para recoger cosas. Y pienso que ¡estoy pagando dinero por el privilegio de tener esta experiencia!
También parece que estoy en obras como persona. En mi propia opinión no estaba tan mal. Como todo el mundo tengo mis faltas, pero he aprendido a disimular muchas de ellas. Sin embargo los que me conocen bien no se engañan y Dios no se engaña. No vale fingir ser más buena gente de lo que realmente soy. El maquillaje no me sirve.
Así que tengo que dejar que el Espíritu Santo se meta allí para cambiar mis actitudes, pum, pum, pum. Tengo que reparar y limpiar los líos y fracasos. Tengo que escuchar a gente que me gustaría mejor no escuchar.
Por favor, disculpa las molestias. Estoy en obras.
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