Un pájaro caído
Esta mañana oí un pequeño “tuc” en la puerta de cristal que conduce al patio. Investigando encontré un pajarito caído en el suelo. Aparentemente había volado contra el cristal y se dio una sorpresa cuando el aire se cristalizó en su camino. Intentó ponerse de pie, pero no pudo sostenerse y cayó del otro lado. El pequeño accidentado no lograba mantenerse de pie por más de unos segundos.
Mientras lo observaba a través del cristal, recordé que Jesucristo había dicho que ni un pajarito caía sin que su Padre lo notara. Entonces empecé a orar por mi vecinito. Poco a poco se recuperaba el equilibrio y dentro de poco se quedó quieto pero de pie. Fui a buscar la cámara y le sacó una foto. Luego se me ocurrió abrir un poco la puerta para sacar una mejor, pero cuando intenté hacerlo se asustó y se fue volando. Me alegró mucho que pudiera hacerlo.
Aprendí dos cosas de todo esto. Primero, que es cierto lo que dijo Jesucristo, que a Dios le preocupaba el pájaro. Creo que escuchó mi oración. Entonces debe ser cierta también la conclusión que Dios se preocupa por mí. No estoy sola ni abandonada.
Después pensaba en todos los pájaros que mueren cada minuto en el mundo sin que nadie se preocupe. Más que eso, hay especies enteras que se acercan a la extinción. Peor aún, hay millones de personas que sufren y mueren sin que nadie les ayude ni ore por ellos. Entre inundaciones y terremotos y sequías y ataques terroristas y pobreza institucional y gobiernos opresivos e intolerancia y otros horrores más, las noticias diarias me presentan con más necesitados que puedo imaginar, sin pensar en ayudar. ¿Se preocupará Dios por ellos, aunque no creen en Él? Pensando en el pajarito, considero la tarea de orar por ellos, pero encuentro aun esa tarea abrumadora.
No puedo hacerlo todo. Tal vez por eso Jesucristo nos mandó amar y cuidar de nuestros prójimos. Es decir, los que nos quedan de cerca. Pero con el Internet y el transporte rápido y negocios internacionales, todos me quedan cercanos. Soy solamente una persona. Me preocuparé a orar y ayudar a los que puedo. Si también lo haces tú, se cubrirán doble la cantidad de necesidades. Haz lo que puedes.
Y no temas. Vales mucho más que los pájaros.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home