Nuestro pan de cada día
En el mundo desarrollado nos hemos acostumbrado a tener provisiones para muchos días. Ya no nos presionan las preocupaciones de la sociedad agraria en que Jesucristo vivía cuando enseñó a sus discípulos a pedirle de su Padre el pan de cada día. Por eso hemos perdido el sentido de depender de Dios para todo lo que necesitamos. Sustituimos la dependencia, tan incómoda, por cuentas bancarias, seguros, y almacenes de grandes superficies. Una vez una amiga de un país subdesarrollado me dijo que oraba por nosotros porque sería tan difícil mantener una fe viva en medio de tantas riquezas.
Es cierto. Hace falta experimentar día tras día la provisión del Señor. Hace un poco más de un año empecé otro blog, que cuenta las noticias del pueblo donde vivo. (Si no has entrado aquí por medio del otro blog, puedes visitarlo en noticiasdeguzman.blogspot.com). No sabía en ese entonces de dónde vendrían las noticias que me comprometía contar. Durante este año he tenido que depender de Él para enterarme de lo que pasa. Tantas veces he llegado a un lugar justo en el momento en que algo importante ocurría, sin saber nada de antemano. La gente me ha informado de eventos y situaciones a tiempo para compartirlos en el blog. En un año muy pocos días han pasado sin noticia alguna.
No es nada automático. Estoy disfrutando de la dependencia porque es una buena aventura no saber por la mañana lo que va a ocurrir durante el día, ni lo que voy a escribir, ni a quién voy a conocer.
Es cierto. Hace falta experimentar día tras día la provisión del Señor. Hace un poco más de un año empecé otro blog, que cuenta las noticias del pueblo donde vivo. (Si no has entrado aquí por medio del otro blog, puedes visitarlo en noticiasdeguzman.blogspot.com). No sabía en ese entonces de dónde vendrían las noticias que me comprometía contar. Durante este año he tenido que depender de Él para enterarme de lo que pasa. Tantas veces he llegado a un lugar justo en el momento en que algo importante ocurría, sin saber nada de antemano. La gente me ha informado de eventos y situaciones a tiempo para compartirlos en el blog. En un año muy pocos días han pasado sin noticia alguna.
No es nada automático. Estoy disfrutando de la dependencia porque es una buena aventura no saber por la mañana lo que va a ocurrir durante el día, ni lo que voy a escribir, ni a quién voy a conocer.
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