Buenas Aventuras

En general, la religión es aburrida. Sin embargo, no hay nada más interesante en toda la creación que Dios mismo. No hay aventura mejor que las que podemos tener con Jesucristo. Siempre resultan buenas, y las historias no tienen nada de aburridas. Ser "bienaventurado", equivale a ser bendecido. Hace más de 40 años empecé a tener aventuras con Cristo. Aquí comparto contigo algunas de mis historias.

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Lugar: Indiana, United States

15.4.07

Dos sueños

Anoche nos pasó algo raro a mi marido y a mí. A las dos de la madrugada los dos nos despertamos perturbados por unos sueños que habíamos tenido. Esto es raro por tres razones. Primero, ninguno de los dos suele soñar ni recordar sueños. Segundo, porque ocurrieron simultáneamente. Y tercero, porque parecían tener un tema en común.

En el sueño de mi marido, un joven atleta que había dado testimonio de su fe en Jesucristo a los otros de su equipo recibía mofas de sus compañeros y de atletas de otro equipo. Lo tenían colgado por las manos de una barra en un gimnasio y le amenazaban con hacerle daño y no renunciara su fe. Sin embargo, el joven podía contestarles con calma y con mansedumbre, y mi marido tenía la sensación que esto era algo muy importante en el mundo espiritual.

En el sueño mío me encontraba en un lugar por donde había pasado una banda de malvados que lo había destruido todo. Era de noche y llovía. Aun en la oscuridad podía ver que las casas estaban destruidas y que no había gente. Sabía que no podía quedarme donde estaba, y que tenía que subir una cuesta para encontrar seguridad, si era que existía tal cosa. Subiendo, me encontraba con gente conocida que me dejaba entrar en una caseta que tenía. En esto me desperté.

No sabemos lo que significan esto sueños, si es que significan algo. La biblia nos cuenta de mucha gente que recibió una palabra del Señor por medio de los sueños, pero claro debe ser que no todos los sueños son de tal índole. Sin embargo, los dos sueños tienen en común el tema del mal. Además de la fuerza de Dios en el mundo también hay fuerzas en contra de todo lo que Él quiere hacer, que destruyen y amenazan lo bueno. Todos sabemos cuál es la fuerza del mal en cuanto a las tentaciones, pero además de esto hay fuerzas potentes que operan en la sociedad en general. Por esto pedimos que Dios no nos deje caer en tentación sino que nos libere de tantos males que nos agobian.

Jesucristo nos aconseja que no nos dejemos vencer por tales fuerzas ni que nos dejemos llevar por el miedo, sino que nos preparemos para estar firmes. En Lucas 21: 34 - 36 dice:
"Tened cuidado y no dejéis que vuestros corazones se endurezcan por los vicios, las borracheras y las preocupaciones de esta vida, para que aquel día no caiga de pronto sobre vosotros como una trampa. Porque vendrá sobre todos los habitantes de la tierra. Velad pues, orando en todo tiempo, para que podáis escapar de todas estas cosas que van a suceder y para que podáis presentaros delante del Hijo del Hombre."