Aquí tirando
Hoy por alguna razón que no entiendo el día se me ha puesto muy complicado. Para las nueve de la mañana sentía que ya fuera caso perdido. Pero doy gracias a Dios que “diariamente nos ayuda con nuestras cargas” (Salmo 68:19).
Jesucristo me hecho una invitación. “Venid a mí todos los que estáis cansados y sobrecargados y yo os haré descansar. Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de mí, porque soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestra alma. Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera.” (Mateo 11:28-30)
Como suele pasar cuando me siento sobrecargada, estaba llevando unas preocupaciones que realmente no debo llevar. Dejando esas cosas en manos del Señor y concentrándome en lo que realmente me toca hacer, me siento mucho mejor y puedo trabajar.
Aaaaaah. ¡Qué alivio!
Jesucristo me hecho una invitación. “Venid a mí todos los que estáis cansados y sobrecargados y yo os haré descansar. Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de mí, porque soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestra alma. Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera.” (Mateo 11:28-30)
Como suele pasar cuando me siento sobrecargada, estaba llevando unas preocupaciones que realmente no debo llevar. Dejando esas cosas en manos del Señor y concentrándome en lo que realmente me toca hacer, me siento mucho mejor y puedo trabajar.
Aaaaaah. ¡Qué alivio!
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