Siempre los mismos injustos
Acabo de leer un “artículo” escrito por un hombre herido y resentido por la injusticia que unos poderosos le han practicado. Todo el día le vienen ataques aunque intenta mantener recta su vida, mientras los malos se hacen más ricos y todo el mundo corre tras ellos.
Dice que los injustos ricos andan con salud, bien alimentados y alojados, y que no tienen que sufrir como los demás. Son arrogantes y colaboran con los violentos. Aunque algunos de ellos se representan como religiosos y poderosos en el mundo espiritual, se mofan de los que procuren vivir con integridad.
El autor reconoce que el peor efecto de esto en su propia vida ha sido que él mismo se haya puesto amargado. El resentimiento le va destruyendo su buen juicio y la paz de su vida. En un sentido los injustos han ganado dos veces: en la injusticia inicial y en la falta de paz personal después.
Todo esto me sonaba muy moderno, muy de portada de periódico. Pero se escribió unos mil años antes de Cristo. Parece que el mundo no ha cambiado mucho en tantos años.
Pero tampoco ha cambiado la respuesta que el autor encontró. Reconoció que él tenía el privilegio de andar con Dios, que Dios le cogía de la mano para guiarle, y aunque pasara lo peor seguiría con Dios como en un refugio. En cambio, los que le amargaban la vida será al fin destruidos.
Doy gracias a Dios que tengo la misma salida. Puedes leer el artículo en el Salmo 73.
Dice que los injustos ricos andan con salud, bien alimentados y alojados, y que no tienen que sufrir como los demás. Son arrogantes y colaboran con los violentos. Aunque algunos de ellos se representan como religiosos y poderosos en el mundo espiritual, se mofan de los que procuren vivir con integridad.
El autor reconoce que el peor efecto de esto en su propia vida ha sido que él mismo se haya puesto amargado. El resentimiento le va destruyendo su buen juicio y la paz de su vida. En un sentido los injustos han ganado dos veces: en la injusticia inicial y en la falta de paz personal después.
Todo esto me sonaba muy moderno, muy de portada de periódico. Pero se escribió unos mil años antes de Cristo. Parece que el mundo no ha cambiado mucho en tantos años.
Pero tampoco ha cambiado la respuesta que el autor encontró. Reconoció que él tenía el privilegio de andar con Dios, que Dios le cogía de la mano para guiarle, y aunque pasara lo peor seguiría con Dios como en un refugio. En cambio, los que le amargaban la vida será al fin destruidos.
Doy gracias a Dios que tengo la misma salida. Puedes leer el artículo en el Salmo 73.
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