Buenas Aventuras

En general, la religión es aburrida. Sin embargo, no hay nada más interesante en toda la creación que Dios mismo. No hay aventura mejor que las que podemos tener con Jesucristo. Siempre resultan buenas, y las historias no tienen nada de aburridas. Ser "bienaventurado", equivale a ser bendecido. Hace más de 40 años empecé a tener aventuras con Cristo. Aquí comparto contigo algunas de mis historias.

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Lugar: Indiana, United States

3.7.10

Salmo responsorial

Este es el día que hizo el Señor. Nos gozaremos y alegraremos en él. (Salmo 118:24)

Señor, tú sabes que pensaba hacer un trabajo en el patio antes que calentara el día, pero se me olvidó poner el despertador. ¡Ay, qué calor! Pero gracias por la hora extra de sueño, porque lo necesitaba.

Este es el día que hizo el Señor. Nos gozaremos y alegraremos en él.

Yo creía que había pan para el desayuno, pero no. Tuve que salir a comprar el pan. Gracias, Señor, por la amiga que pusiste en mi camino cuando venía de la panadería. ¡Qué divertida!

Este es el día que hizo el Señor. Nos gozaremos y alegraremos en él.

Reuniones. No me gustan, especialmente cuando duran horas y horas y la gente no está de acuerdo en lo que quieren hacer. Pero gracias que ahora ese trabajo lo tenemos hecho y podemos seguir para adelante.

Este es el día que hizo el Señor. Nos gozaremos y alegraremos en él.

Hoy iba a escribir el artículo que me habían pedido, pero no podía concentrarme para nada. Un párrafo no es suficiente, pero no tengo inspiración para más. Sin embargo, pude limpiar un armario y descubrí algunas cosas muy útiles que creía que ya no existían. ¡Gracias, Señor, porque esto me resuelve un problema que tenía con unas fotos!

Este es el día que hizo el Señor. Nos gozaremos y alegraremos en él.

Me iba a llamar un amigo, pero no me llamó. Menos mal, porque acabo de descubrir que lo que le iba a decir no era lo correcto.

Este es el día que hizo el Señor. Nos gozaremos y alegraremos en él.

Al final del día, Señor, no he hecho nada de lo que yo había pensado hacer hoy. Normalmente soy capaz de arreglar un día y mantenerme disciplinada para cumplir el plan, pero hoy no. En vez de esto, tú me has arreglado el día, y lo has hecho mucho mejor que el plan mío. Mis tiempos están en tus manos. Gracias, Señor.

Este es el día que hizo el Señor. Nos gozaremos y alegraremos en él.