Otra manera de cambiar el vecindario
Estábamos bastante contentos con la nueva casa que habíamos alquilado. Era bonita y tenía todo lo que realmente necesitábamos. Pero después de unas semanas de vivir allí nos dimos cuenta que el vecindario tenía un problema: un cortijo abandonado.
No nos parecía buen lugar para el futuro de nuestro hijo adolescente, pues frente a nuestra casa se congregaron los que vendían y usaban drogas. Entrar por allí, aun durante el día, daba miedo por el aspecto hostil y enfermizo de los “inquilinos”.
Mi marido decidió tomar cartas en el asunto. Recordamos que cuando Colón llegó a América declaró que tomaba la tierra en el nombre de los Reyes de España. Caminando alrededor del cortijo, mi marido oraba y declaraba que tomaba esa parcela en el nombre del Rey de Reyes (un nombre bíblico para Jesucristo). Tomando ejemplo de la historia de Josué en la batalla de Jericó (del libro bíblico de Josué, capítulo 6), lo hizo siete veces.
En menos de un mes llegaron las máquinas y derribaron lo que quedó del cortijo, dejando el suelo limpio, listo para construir un bloque de pisos.
Unas semanas después comentamos con una vecina lo que había ocurrido. Ella dijo que era una bendición, que hacía muchos años que los vecinos habían intentado quitar esa ruina.
Hubieran orado antes.
No nos parecía buen lugar para el futuro de nuestro hijo adolescente, pues frente a nuestra casa se congregaron los que vendían y usaban drogas. Entrar por allí, aun durante el día, daba miedo por el aspecto hostil y enfermizo de los “inquilinos”.
Mi marido decidió tomar cartas en el asunto. Recordamos que cuando Colón llegó a América declaró que tomaba la tierra en el nombre de los Reyes de España. Caminando alrededor del cortijo, mi marido oraba y declaraba que tomaba esa parcela en el nombre del Rey de Reyes (un nombre bíblico para Jesucristo). Tomando ejemplo de la historia de Josué en la batalla de Jericó (del libro bíblico de Josué, capítulo 6), lo hizo siete veces.
En menos de un mes llegaron las máquinas y derribaron lo que quedó del cortijo, dejando el suelo limpio, listo para construir un bloque de pisos.
Unas semanas después comentamos con una vecina lo que había ocurrido. Ella dijo que era una bendición, que hacía muchos años que los vecinos habían intentado quitar esa ruina.
Hubieran orado antes.
Etiquetas: Dios contesta las oraciones, Influir en la vida de otras personas
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