Buenas Aventuras

En general, la religión es aburrida. Sin embargo, no hay nada más interesante en toda la creación que Dios mismo. No hay aventura mejor que las que podemos tener con Jesucristo. Siempre resultan buenas, y las historias no tienen nada de aburridas. Ser "bienaventurado", equivale a ser bendecido. Hace más de 40 años empecé a tener aventuras con Cristo. Aquí comparto contigo algunas de mis historias.

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Lugar: Indiana, United States

30.4.10

Alabanza continua, parte II

Hace un par de semanas empecé un proyecto de publicar cada día algo por la cual puedo dar gracias a Dios. Lo he hecho hasta ahora añadiendo a la primera entrada (18 de abril) algo para cada día. Ahora que esa entrada ha crecido tanto, día tras día, el sistema se está rebelando y a veces no quiere publicar. Por esta razón cambio ahora y pondré el pensamiento de cada día como una entrada aparte.

Hoy estaba meditando sobre los peligros en que he andado durante mi vida, y doy gracias a Dios por su protección. Si tengo un ángel de la guardia ¡seguro que es fuerte y actúa rápidamente!

Pienso, por ejemplo, de una noche en que conducía un coche por una autovía en Connecticut (Estados Unidos). Estaba en el carril rápido a la izquierda, donde no me gusta estar pero no había remedio. No había arcén a mi izquierda, sino un muro de hormigón. Al doblar una curva a la izquierda, encontré de sorpresa unos 20 metros directamente en frente un coche parado, con gente adentro. Hormigón a la izquierda, un coche casi comiéndome el parachoques atrás y otro coche a mi lado derecho, a 110 km/hora, no había ni un segundo para reflexionar. Me fui a la derecha. No tengo idea de qué pasó con el coche que estaba a mi derecha. Desapareció. En la próxima salida, paré el coche por un tiempo, di las gracias, y esperé que se me calmara el corazón.

Podría contar docenas de historias así, de mi misma, de mis hijos, de mi marido. Y me pregunto si lo que sé es la totalidad. Seguro que ha habido multitudes de veces en que estaba en peligro pero ni me di cuenta. Doy gracias por la protección, sabiendo que sí llegará el día en que me tocará morir de alguna forma. Pero he puesto mi vida en manos del Señor y sé que me guardará hasta ese día.

23.4.10

No está aquí porque está vivo

Esta mañana encontré un crucifijo en una cuba de basura.


Al verlo, me puse triste, porque me parecía un cuadro de la actualidad. Ahora está de moda relegar a Cristo al basurero. ¿Cómo puede ser de otra forma? Mucha gente hoy en día no ha visto nunca el poder de Dios en su vida. Además muchos abusos se han cometido en su nombre.

Pero luego me alegré. La imagen está allí, pero mi Jesucristo no. Murió, pero no quedó ni muerto ni en la cruz. Está vivo y no necesita que yo le rescate. Más bien es Él que tiene que rescatarme a mí. Si alguien sacara la imagen de allí, tendría que limpiarla mucho. Pero Él me ha quitado mucho mugre a mí.

¿Le conoces? Si no, espero que Él te encuentre.

18.4.10

Alabanza continua

Esta mañana leí en el libro de Hebreos en la Biblia, “Ofrezcamos continuamente a Dios un sacrifico de alabanza – el fruto de labios que confiesen Su nombre.” Me pregunté cómo sería estar continuamente alabando a Dios. Me distraigo tan fácilmente. También hay días en que no me siento dispuesta a dar gracias. Esos días son los en que tendría que ofrecerle un sacrificio de alabanza, porque a veces las circunstancias son tal que cuesta.

Me propongo un experimento e invito a mis lectores a participar. Propongo añadir a esta entrada cada día por un mes algo por el cual alabo a Dios o le doy gracias. Invito a todos los que quieren que también en los comentarios sugieran cosas que les motiven a alabar a Dios. No es necesario escribir mucho. Unas palabras son suficientes. ¡A ver cuántas cosas encontramos entre todos!

Hoy, 18 de abril, mi motivo es el pájaro que está cantando en el patio. No sé de cuál especie es, pero tiene una voz increíble, y su cantar es tan complicado y lírico que dudo que ningún flautista pueda tocar así. La belleza no es necesaria para la vida. Tanto el pájaro como yo podríamos vivir si él no cantara. Alabo al Señor porque nos ha puesto la belleza como algo “extra” en su creación.

19 abril, doy gracias al Señor que nos ha dado el privilegio de llevar todas nuestras preocupaciones a Él, que nos ama y tiene poder para ayudarnos. Estoy pensando mucho en esto hoy porque mañana mi hija se opera de cáncer.

20 abril, doy gracias por las cosas que no puedo controlar. Me gusta saber que tengo el poder para manejar mi vida y todas las cosas que influyen en ella. Sin embargo, tengo una tendencia a fallar. Es mejor saber que Dios tiene el control y si colaboro con lo que Él quiere, me saldrá bien.

21 abril, alabo al Señor porque ha usado la enfermedad de mi hija para bien. Ella ha salido bien de su operación (ver anteayer). Además de esto, la experiencia ha servido para que mi yerno crezca en su fe y en su entusiasmo para las cosas de Dios.

22 abril, alabo al Señor porque es bueno y para siempre es su fiel amor. Él ama la Justicia y la Verdad, y sabe cubrir su justa evaluación de las personas con el perdón que podemos tener en Jesucristo. (Traducción: me ha perdonado la falta de paciencia de ayer).

23 abril, alabo al Señor porque Cristo no quedó muerto. Esta historia la hemos oído mucho, al punto que mucha gente ni escucha ya. Los neurólogos están probando que no es muy probable que haya tal cosa como alma inmortal, que cuando morimos, ya todo termina. Así lo entendían los discípulos de Cristo en el primer siglo también. No era posible que alguien resucitara de los muertos. Pero luego testificaron que Jesús sí lo hizo. Él también es nuestra esperanza de vida después de ésta.

24 abril, fui a comprar comida esta mañana. Doy gracias que vivo donde hay comida para comprar, y que tengo suficiente dinero para hacerlo. Consciente de que hay millones de personas que no tienen lo necesario, pido al Señor que se resuelvan los problemas que causan la mayor parte del hambre: injusticias, guerras, mala gestión de la tierra, avaricia, ignorancia. Y que sepamos disciplinarnos para no contribuir más al cambio climático.

25 abril, doy gracias por el Espíritu Santo, que toma todo lo que Dios quiere darme y lo hace real en mi vida. Hace años me parecía que el tema del Espíritu Santo era algo muy teórico y no de mucho interés, pero ahora entiendo que es Su operación en mí que realmente me hace vivir.

26 abril, doy gracias por mis amigos, algunos de toda la vida. Es gente que me entiende, con quien puedo ser quien soy. Nos ayudamos mutuamente cuando vengan los problemas, nos divertimos en tiempos buenos. "Mejor un amigo cerca que un hermano lejos."

27 abril, doy gracias que puedo leer y que me ha tocado vivir en una época cuando hay muchos libros. Tengo el privilegio de poder leer la Biblia por mí misma y no tengo que depender de otros que me enseñen solamente su propia manera de entenderla.

28 abril, doy gracias por mis hijos, yernos, nuera, y ocho nietos. Los amo y estoy orgullosa de ellos.

29 abril, alabo a Dios por esta hormiga que se pasea por mi escritorio, aunque prefiero que las hormigas NO se paseen por aquí. (Es un sacrificio de alabanza). Esta hormiguita es una maravilla de diseño. Tiene tantas funciones, tantos movimientos, y es tan miniaturizado. ¡Y capaz de la reproducción masiva! Los ingenieros no pueden duplicar esto. ¿Cómo voy a creer que esto se hizo por la casualidad, aun dejándole millones de años a la suerte? La creación es la tarjeta de presentación de Dios.

11.4.10

Dos detalles

El otro día mi marido inventó una manera de colgar la fregona en la bañera. Era un detalle aparentemente insignificante, pero para mí era importante porque me resolvía un problema que me había fastidiado bastante tiempo, y porque me indicaba que él estaba pensando en mí y que me amaba.

El Señor también me hizo un detalle. Era algo también casi insignificante: proveyó un número de teléfono que yo urgentemente necesitaba, y lo hizo hasta con varios días de antelación. Fue una cosita que se podría clasificar de casualidad, o considerar que no valía mencionarse. Pero la verdad es que me resolvió un problema enorme. También me indicaba que Él estaba pensando en mí y que me amaba.

Alguien ha dicho que el diablo está en los detalles. Quiero decir que para mí, el detallista es Dios. No espero hasta que mi marido haga algún hazaña para darle las gracias. De la misma manera busco cada día los detalles que mi buen Jesucristo me regala, para darle las gracias.