Buenas Aventuras

En general, la religión es aburrida. Sin embargo, no hay nada más interesante en toda la creación que Dios mismo. No hay aventura mejor que las que podemos tener con Jesucristo. Siempre resultan buenas, y las historias no tienen nada de aburridas. Ser "bienaventurado", equivale a ser bendecido. Hace más de 40 años empecé a tener aventuras con Cristo. Aquí comparto contigo algunas de mis historias.

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Lugar: Indiana, United States

21.4.07

Mi vida como unas flores


El otro día vi estas flores tan hermosas detrás de una cerca puesta por una compañía de construcción. Me daba la impresión de que estuvieran en la cárcel, que querieno tener contacto con la gente se encontraran encerradas.
A veces me siento como estas flores. Cuando me gustaría compartir algo bonito con la gente, encuentro que tengo unas “cercas”, en la forma de miedos, dudas acerca de si valgo o no para compartir tal cosa, distracciones, demasiadas actividades, y un montón de otras cosas. Dios nos ha dado a cada uno algo especial que podemos compartir con otros para ayudarles o simplemente para animarles en su camino. Como cada persona es única, no hay otra persona que pueda compartir exactamente lo mismo. Así que lucho para que las cercas no me controlen. Frente a los miedos encuentro que Jesucristo me ayuda a superarlos. Lucha tú también y comparte conmigo lo bueno que tienes en tu corazón.

15.4.07

Dos sueños

Anoche nos pasó algo raro a mi marido y a mí. A las dos de la madrugada los dos nos despertamos perturbados por unos sueños que habíamos tenido. Esto es raro por tres razones. Primero, ninguno de los dos suele soñar ni recordar sueños. Segundo, porque ocurrieron simultáneamente. Y tercero, porque parecían tener un tema en común.

En el sueño de mi marido, un joven atleta que había dado testimonio de su fe en Jesucristo a los otros de su equipo recibía mofas de sus compañeros y de atletas de otro equipo. Lo tenían colgado por las manos de una barra en un gimnasio y le amenazaban con hacerle daño y no renunciara su fe. Sin embargo, el joven podía contestarles con calma y con mansedumbre, y mi marido tenía la sensación que esto era algo muy importante en el mundo espiritual.

En el sueño mío me encontraba en un lugar por donde había pasado una banda de malvados que lo había destruido todo. Era de noche y llovía. Aun en la oscuridad podía ver que las casas estaban destruidas y que no había gente. Sabía que no podía quedarme donde estaba, y que tenía que subir una cuesta para encontrar seguridad, si era que existía tal cosa. Subiendo, me encontraba con gente conocida que me dejaba entrar en una caseta que tenía. En esto me desperté.

No sabemos lo que significan esto sueños, si es que significan algo. La biblia nos cuenta de mucha gente que recibió una palabra del Señor por medio de los sueños, pero claro debe ser que no todos los sueños son de tal índole. Sin embargo, los dos sueños tienen en común el tema del mal. Además de la fuerza de Dios en el mundo también hay fuerzas en contra de todo lo que Él quiere hacer, que destruyen y amenazan lo bueno. Todos sabemos cuál es la fuerza del mal en cuanto a las tentaciones, pero además de esto hay fuerzas potentes que operan en la sociedad en general. Por esto pedimos que Dios no nos deje caer en tentación sino que nos libere de tantos males que nos agobian.

Jesucristo nos aconseja que no nos dejemos vencer por tales fuerzas ni que nos dejemos llevar por el miedo, sino que nos preparemos para estar firmes. En Lucas 21: 34 - 36 dice:
"Tened cuidado y no dejéis que vuestros corazones se endurezcan por los vicios, las borracheras y las preocupaciones de esta vida, para que aquel día no caiga de pronto sobre vosotros como una trampa. Porque vendrá sobre todos los habitantes de la tierra. Velad pues, orando en todo tiempo, para que podáis escapar de todas estas cosas que van a suceder y para que podáis presentaros delante del Hijo del Hombre."

8.4.07

Buenas noticias

Hoy se celebra que Jesucristo no quedó muerto, sino que resucitó después de su crucifixión. Es decir, murió pero está vivo. Ya hace dos milenios que estamos oyendo la historia y parece que para algunos, incluso algunos que hoy acudirán a las iglesias y las procesiones, es un cuento viejo y habitual, un poco aburrido. Pero para sus discípulos fue una novedad tan chocante que les costó creerla. Nos hace falta conectar con la realidad de su presencia entre nosotros, pues prometió estar con los que creen todos los días hasta el fin del mundo. Para mí, son buenas noticias.

5.4.07

¿Por qué a ella sí y a mí no?

Hace unos años una amiga estaba sentada en nuestra salita contándonos cuánto había sufrido porque tenía los pies malformados. Se quitó los zapatos para mostrarnos cómo eran. No podía caminar mucho porque le dolían. Tenía que usar zapatos especiales que costaban una fortuna y además siempre eran feos. Cuando niña había sufrido mucho de la mofa de los otros niños.

Como ella tenía una fe bastante fuerte en Jesucristo, mi marido sugirió que ofreciera sus pies al Señor. Ella hizo el gesto de estirar las piernas, y todos vimos que los pies se enderezaron. De verdad. No le tocamos, ni oramos ni nada. Sanada. (Y sigue bien de los pies hasta hoy).

Cuando nos habíamos recuperado de la sorpresa bastante para poder hablar, ella se despidió de nosotros y se fue a su casa para mostrar lo sucedido a su marido, pasando primero por una zapatería para comprar los primeros zapatos normales que en su vida había tenido. Su marido, que no creía que Dios operara en el mundo, quedó impresionado.

Me alegré mucho de lo que le había pasado. Pero luego pensaba que yo también tengo un pie malo, resultado de un accidente hace unos años. También tengo que ponerme zapatos feos y cuidar cómo ando. Y hace unos días caí y volví a torcer el pie y me duele aún más. ¿Por qué el Señor sanó a ella y a mí no?

Creo que cada persona es cada persona y Dios nos trata como individuos, no en masa. Tiene planes buenos para mí y también para mi amiga, y encima de las dos, para el bien de todos. Cada persona tiene su papel en el gran diseño. Una vez San Pedro le preguntó a Jesucristo cuál sería el futuro de San Juan, y Jesús le contestó, "¿Qué te importa a ti? Sígueme tú" (Juan 21:22). Si le seguimos tendremos buenas aventuras, pero no serán las mismas aventuras que tienen nuestros vecinos. A mí me dio el privilegio de ver el milagro de la sanidad de mi amiga, pero sin tener que pasar por todo el sufrimiento que ella pasó. Estoy contenta.

1.4.07

De ramos y espinas

Hoy me tocó leer el Salmo 22. No era porque es Domingo de Ramos y el Salmo describe lo que Jesucristo experimentó en la cruz, sino porque los leo en orden y ayer leí el Salmo 21. Es muy común que lo que leo cierto día tiene mucho que ver con mi vida de ese día.


Hoy me impresionó el versículo 6, donde el salmista dice que él es "oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo". Mil años después que se escribió esto, Jesús lo sufrió. El Domingo de Ramos Él entró en Jerusalén acompañado de gente muy alegre, gritando a su favor. Cinco días después la gente gritó en su contra y pidió su muerte. Merecía el honor de un Rey, como decían mientras meneaban los ramos, pero la corona que recibió era de espinos. Quién sabe si había unas personas que participaron en las dos multitudes, apoyándolo un día y traicionándolo luego.


Ese domingo, Jesús sabía perfectamente que venía el juicio y la muerte el viernes. Sabía que Judas y luego hasta Pedro le serían infiel, y que todos sus discípulos le iban a dejar solo. Esto tenía que haberle dolido tanto como el sufrimiento físico. Sus amigos, los que había venido para ayudar, le dejaron. Pero después de su muerte y resurrección, les buscó y estableció aun más firme su relación, prometiendo estar con ellos todos los días.


Es que tenemos la posibilidad de ofrecerle a Jesucristo tanto ramos como espinas. No quiero herirle, pero tengo en mí la tendencia a servir mis propios intereses en vez de los suyos. Doy gracias a Dios que sigue dispuesto a perdonar y volver a recibirme.