A mover una duna de arena
Nunca antes había pedido al Señor que moviera una montaña, así que no sabía cómo iba a suceder. (Si no has leído las últimas dos entradas, ahora es el momento, para que entiendas lo que sigue). No sabía si de repente volvería a funcionar toda la parafernalia, o si Yacom (France Telecom) iba a dejar de existir, o qué.
Parece que en preparación para mover la montaña el Señor primero nos ha dado una autovía para evitar tener que subirla, y luego ha convertido la montaña en una mera duna de arena. Tenemos teléfono fijo e Internet con dos otras compañías, y solo hace falta quitar Yacom del escenario, lo cual podría ocurrir (en cuanto a nosotros, por supuesto) para el miércoles.
No estoy precisamente orgullosa de la manera en que me he portado en esta aventura. Tanta frustración, tanto enojo, tanta falta de paz, y para nada. Algún día espero vivir al nivel donde el Señor quiere que viva. Hasta ese entonces, doy gracias que tengo un Salvador que entiende y me perdona.
Parece que en preparación para mover la montaña el Señor primero nos ha dado una autovía para evitar tener que subirla, y luego ha convertido la montaña en una mera duna de arena. Tenemos teléfono fijo e Internet con dos otras compañías, y solo hace falta quitar Yacom del escenario, lo cual podría ocurrir (en cuanto a nosotros, por supuesto) para el miércoles.
No estoy precisamente orgullosa de la manera en que me he portado en esta aventura. Tanta frustración, tanto enojo, tanta falta de paz, y para nada. Algún día espero vivir al nivel donde el Señor quiere que viva. Hasta ese entonces, doy gracias que tengo un Salvador que entiende y me perdona.